Siempre comienzo el tema del liderazgo haciendo la pregunta ¿eres líder? ¿Por qué si o por qué no? Las personas me responden que no tienen las habilidades, o que no tienen el carisma, o simplemente no creen que puedan serlo. Después les pregunto ¿Quién crees que puede ser un líder? A continuación señalan a un colega o compañero o simplemente mencionan un personaje celebre. Les pido que me enumeren las características que estos personajes tienen y enlistan una serie de atributos que creen convenientes. Ahora, la duda es ¿tú no crees poder adquirir o trabajar en esas características para ser un líder? ¿Por qué esperar a que otros estén al mando y quedarte cómodamente con el papel secundario? Tú puedes desarrollar esas habilidades, tú puedes ser un líder. Subrayemos esto, “un líder”, no decimos el líder sino un líder…
El liderazgo es definido por la comunidad científica como una persona con influencia y poder sobre un grupo de seguidores. De este concepto se derivan varios estilos de liderazgo que tienen que ver con el entorno donde se ejercen.
La pregunta que siempre me han hecho es ¿se nace siendo líder? La respuesta es bastante sencilla. No. Un líder se forma de acuerdo con el contexto del individuo y la forma en la que sus experiencias lo hacen crecer. Lo cierto es, que como en cualquier área de nuestra vida, el liderazgo es construido a base de voluntad y hábitos.
El liderazgo que comúnmente estamos acostumbrados a observar es el autoritario, donde el líder controla todo; políticas, decisiones, objetivos, etc., sin ninguna participación activa de sus subordinados. Este liderazgo disminuye mucho el valor creativo y activo de un equipo de trabajo, la motivación es un tanto coercitiva.
La pregunta que siempre me han hecho es ¿se nace siendo líder? La respuesta es bastante sencilla. No. Un líder se forma de acuerdo con el contexto del individuo y la forma en la que sus experiencias lo hacen crecer. Lo cierto es, que como en cualquier área de nuestra vida, el liderazgo es construido a base de voluntad y hábitos.
El liderazgo que comúnmente estamos acostumbrados a observar es el autoritario, donde el líder controla todo; políticas, decisiones, objetivos, etc., sin ninguna participación activa de sus subordinados. Este liderazgo disminuye mucho el valor creativo y activo de un equipo de trabajo, la motivación es un tanto coercitiva.
En estos días este tipo de liderazgo ya no es visto ni tomado en cuenta como funcional, de ahí que los dos estilos de liderazgo más usados por empresas que valoran a su equipo de trabajo sean los siguientes tipos de liderazgo:
Carismático: estos líderes tienen convicciones sólidas, autoconfianza y tienen un fuerte anhelo de poder. Manejan muy bien la manera en la que se relacionan para mantener la confianza de su equipo de trabajo y sus metas suelen ser con base en ideología, de tal manera que generan compromiso en su equipo. Este tipo de liderazgo suele enfocarse en un solo líder.
Transformacional: este es el líder que influye en sus seguidores y permite que sus seguidores le influyan a su vez. Este liderazgo es un proceso donde cada uno de los actores es parte fundamental del proceso. De esta manera el liderazgo se comparte en los diferentes niveles organizacionales de acuerdo con las tareas y roles de cada uno. Además en este enfoque el equipo estructura los objetivos por sobre sus intereses personales logrando que se obtenga más de lo esperado. La base de este liderazgo es la armonía.
Por último, es muy común que veamos líderes laissez faire, que es la ausencia de liderazgo. No se toman decisiones, las acciones toman mucho tiempo, las decisiones del líder no son tomadas en cuenta. En poca palabras, un liderazgo ineficaz.
Carismático: estos líderes tienen convicciones sólidas, autoconfianza y tienen un fuerte anhelo de poder. Manejan muy bien la manera en la que se relacionan para mantener la confianza de su equipo de trabajo y sus metas suelen ser con base en ideología, de tal manera que generan compromiso en su equipo. Este tipo de liderazgo suele enfocarse en un solo líder.
Transformacional: este es el líder que influye en sus seguidores y permite que sus seguidores le influyan a su vez. Este liderazgo es un proceso donde cada uno de los actores es parte fundamental del proceso. De esta manera el liderazgo se comparte en los diferentes niveles organizacionales de acuerdo con las tareas y roles de cada uno. Además en este enfoque el equipo estructura los objetivos por sobre sus intereses personales logrando que se obtenga más de lo esperado. La base de este liderazgo es la armonía.
Por último, es muy común que veamos líderes laissez faire, que es la ausencia de liderazgo. No se toman decisiones, las acciones toman mucho tiempo, las decisiones del líder no son tomadas en cuenta. En poca palabras, un liderazgo ineficaz.
¿Qué debo hacer para ser un líder?
Según Goleman son # los pasos a seguir:
1. Conocerse a sí mismo: debemos conocer nuestras fortalezas, nuestras debilidades, nuestras emociones, nuestras necesidades y nuestros impulsos. Son propensos a la crítica constructiva.
Haz una lista si es necesario y detalla cada fortaleza y debilidad. Piensa en que situaciones sobresale cada una de ellas.
2. Autocontrol: es el clásico pensar antes de hacer. Si piensas cuidadosamente como debes reaccionar o que palabras debes utilizar estás un paso adelante. Cuando puedes controlar tus emociones eres capaz de adaptarte a los cambios y saber hacerles frente.
Una vez que hiciste tu lista de fortalezas, debilidades, necesidades, es decir tu FODA personal. Fija la meta de programar tus reacciones y evitar las que no son adecuadas y fortalecer las que sean benéficas.
3. Empatía: significa tomar en cuenta los sentimientos de otros, no hacerlos tuyos. De esta manera podrás considerar como dirigir a tu equipo de trabajo de una manera efectiva, motivando desde diferentes perspectivas y no solo desde la tuya.
Comienza a observar tu entorno, las necesidades de otros, las necesidades de tu empresa. Trata de comprender que es lo que sucede. No critiques. Dirige.
4. Habilidad social: En este caso estamos hablando de simpatía. Es habilidad para construir relaciones. Es decir, sabes que necesitas de otros para llegar a un fin y dialogas, eres amables, creas lazos con otros.
Comienza sonriendo, saludando a otros, abriendo la puerta a extraños. Pregunta a otros como va su día. Muestra interés por las personas a tu alrededor. Se solidario. Intercambia experiencias.
Fija estos pasos en tu agenda como metas a corto plazo y comenzarás a ver que te transformas en un líder y no en un seguidor.
Según Goleman son # los pasos a seguir:
1. Conocerse a sí mismo: debemos conocer nuestras fortalezas, nuestras debilidades, nuestras emociones, nuestras necesidades y nuestros impulsos. Son propensos a la crítica constructiva.
Haz una lista si es necesario y detalla cada fortaleza y debilidad. Piensa en que situaciones sobresale cada una de ellas.
2. Autocontrol: es el clásico pensar antes de hacer. Si piensas cuidadosamente como debes reaccionar o que palabras debes utilizar estás un paso adelante. Cuando puedes controlar tus emociones eres capaz de adaptarte a los cambios y saber hacerles frente.
Una vez que hiciste tu lista de fortalezas, debilidades, necesidades, es decir tu FODA personal. Fija la meta de programar tus reacciones y evitar las que no son adecuadas y fortalecer las que sean benéficas.
3. Empatía: significa tomar en cuenta los sentimientos de otros, no hacerlos tuyos. De esta manera podrás considerar como dirigir a tu equipo de trabajo de una manera efectiva, motivando desde diferentes perspectivas y no solo desde la tuya.
Comienza a observar tu entorno, las necesidades de otros, las necesidades de tu empresa. Trata de comprender que es lo que sucede. No critiques. Dirige.
4. Habilidad social: En este caso estamos hablando de simpatía. Es habilidad para construir relaciones. Es decir, sabes que necesitas de otros para llegar a un fin y dialogas, eres amables, creas lazos con otros.
Comienza sonriendo, saludando a otros, abriendo la puerta a extraños. Pregunta a otros como va su día. Muestra interés por las personas a tu alrededor. Se solidario. Intercambia experiencias.
Fija estos pasos en tu agenda como metas a corto plazo y comenzarás a ver que te transformas en un líder y no en un seguidor.
Liderazgo y la mujer:
La participación de la mujer es un tema que se toca en todos los ámbitos y esferas. Está en boca de todos, como tema tabú, como agresión, como pleito, como conciliación, como emancipación, etc.
Ahora hablamos de liderazgo y la mujer. El liderazgo no tiene que ver con el género. Las características personales son las que te definirán como líder. Mujer no vayas por la vida pensando “soy mujer”. Ve por la vida pensando soy líder y debo fortalecer mis habilidades, simple.
Los hombres y las mujeres por ende tenemos características psicológicas y físicas que nos hacen diferentes, es innegable. Un ejemplo, de acuerdo con estudios del 2007 (Eagli y Carli), las mujeres en el liderazgo suelen estar más orientadas a las relaciones interpersonales y más sensibles; y los hombre se inclinarían más por el control, el individualismo y la agresividad. Pero no debemos enfocarnos o hacer generalizaciones en estas diferencias entre hombres y mujeres para definir el liderazgo o la efectividad, muy por el contrario, tener líderes hombres y mujeres haría que las empresas se vieran enriquecidas por distintos puntos de vista y habilidades.
Tomen en cuenta que anteriormente hemos comentado que el liderazgo se construye por medio de hábitos. Así que, tanto hombres como mujeres, pueden practicar las habilidades del uno y del otro hasta que sean fortalezas.
La equidad tiene que ver con exaltar esas diferencias que nos hacen únicos, no con hacernos a todos igualitos; en eso no habría riqueza, aprendizaje o emoción.
La participación de la mujer es un tema que se toca en todos los ámbitos y esferas. Está en boca de todos, como tema tabú, como agresión, como pleito, como conciliación, como emancipación, etc.
Ahora hablamos de liderazgo y la mujer. El liderazgo no tiene que ver con el género. Las características personales son las que te definirán como líder. Mujer no vayas por la vida pensando “soy mujer”. Ve por la vida pensando soy líder y debo fortalecer mis habilidades, simple.
Los hombres y las mujeres por ende tenemos características psicológicas y físicas que nos hacen diferentes, es innegable. Un ejemplo, de acuerdo con estudios del 2007 (Eagli y Carli), las mujeres en el liderazgo suelen estar más orientadas a las relaciones interpersonales y más sensibles; y los hombre se inclinarían más por el control, el individualismo y la agresividad. Pero no debemos enfocarnos o hacer generalizaciones en estas diferencias entre hombres y mujeres para definir el liderazgo o la efectividad, muy por el contrario, tener líderes hombres y mujeres haría que las empresas se vieran enriquecidas por distintos puntos de vista y habilidades.
Tomen en cuenta que anteriormente hemos comentado que el liderazgo se construye por medio de hábitos. Así que, tanto hombres como mujeres, pueden practicar las habilidades del uno y del otro hasta que sean fortalezas.
La equidad tiene que ver con exaltar esas diferencias que nos hacen únicos, no con hacernos a todos igualitos; en eso no habría riqueza, aprendizaje o emoción.
Karla denisse favela colin
Lic. en Pedagogía.
Docente universitario
Maestra en Administración de Instituciones Educativas
Master en Desarrollo Humano
Perito traductor
Apasionada por el conocimiento y el mejoramiento del desarrollo académico
Docente universitario
Maestra en Administración de Instituciones Educativas
Master en Desarrollo Humano
Perito traductor
Apasionada por el conocimiento y el mejoramiento del desarrollo académico